Los que vivimos cerca de la montaña hemos disfrutado desde pequeños escapadas y correrías en medio de los pinos y el tomillo. Cuando crecimos comenzamos a ir con la "peña" a lo que hiciera falta (guitarra, cerveza...). Más tarde comenzaron las salidas los sábados por la mañana en plan senderista a descubrir cada día un nuevo sendero y todavía seguimos descubriéndolos. Por fin llego del momento de combinar esos paseos con la afición de correr, surgiendo una combinación increíble. Pasar de correr por el asfalto a recorrer senderos, sortear pinos y mirar las ardillas ha resultado fascinante.
El siguiente paso ha sido descubrir las carreras de montaña. ¿Qué tienen de bueno? Pues, que no hay que ir pendiente del reloj, hay que descubrir tu ritmo y leer tu cuerpo, las sensaciones, el esfuerzo a favor de ti mismo..., el afán competitivo disminuye respecto a las carreras en asfalto porque no se corre teniendo en cuenta los km, sino más bien el desnivel del terreno, las horas que llevas corriendo. Cada uno según sus posibilidades, si no se puede correr, se anda y cuando puedes, pues a trotar por esos senderos, o campo a través.
El personal se va aficionando y se plantea retos un poco más exigente..., pasando de carreras de 10 km, a medias maratones de montaña o a maratones. Luego tenemos a los fieras que se atreven con Ultra Trails, que van desde los 50 Kms. a ..., yo que sé. Quién gana?: el que se esfuerza, el que logra culminar la carrera, no importa ni el tiempo ni el puesto, a veces el verdadero campeón/a es el que ha entrado en las ultimas posiciones..., ¿es un tópico?, no os lo creéis..., mirad las caras en las fotos de cualquier Ultra Trail y veréis...
Salud!
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