Se nos ha ido un año complicado, dónde pilares que creíamos sólidos y firmes, se tambalean, se agitan como un junco, en la dirección que marca el viento. La impresión que muchos tenemos es que esto está bastante fuera de control. Nadie sabe hacia donde vamos y perdemos el rumbo (hasta José Mari defiende la existencia del cambio climático...)
Por eso, el día de año nuevo, me enfundo mis "trainers" y me lanzo a correr sin rumbo, como nuestra querida España, pero al menos a mí, ayer, ningún banquero me obligó a seguir rumbo alguno, aunque un par de munipas se quedaron mirándome, ¡sospechoso de correr a deshoras!
No hay comentarios:
Publicar un comentario