Hoy delante de mi un hombre que salía del estanco de mi pueblo: abre el paquete, tira el celofán, tira el papel al suelo, sigue caminando tranquilamente. No le he dicho nada, era un armario y sinceramente, he pensado que me podría partir la cara.
El día de después (romería de La Fuensanta) subí al monte. Encontré un carro de supermercado en lo alto de un pino, toneladas de basura, desperdicios invadían La Fuensanta y El Valle.
En los semáforos de la carretera de Santa Catalina hay montones de colillas en el suelo, los vacían algunos conductores aprovechando que está en rojo. Una madre con su hijo de la mano tira al suelo el paquete de tabaco vacío.
Cuando escalaba en Leiva, encontré a más de 100 metros del suelo latas de refrescos metidas en las grietas de la roca. En el margen del Reguerón el persona tira colchones viejos, sillones.
Y tengo que aguantar al gobierno regional y al municipal machacando sloganes sobre lo hermosa que es Murcia y lo cojonudos que son los Murcianos. Agua para nada.
Totalmente de acuerdo Tomás: con lo precioso que sería ver solo las hojas de los árboles. Recuerdo cuando era pequeña... me encantaba darles patadas a las hojas cuando estaban amontanadas por el viento. Y ahora, fíjate: si le das una patada a las hojas de tu foto lo más probable es que saques el pie enganchado con alguna bolsa... o peor.
ResponderEliminarP.D.: Veo que con tu super-cámara-móvil te estás haciendo el reportero más dicharachero y además... alberqueño ... ¡¡¡ eres el mejor !!!
Un abrazo. Pilar.
Pilar, te acuerdas cuando veíamos crecer la hierba alrededor del árbol del jardín, día tras día..., gracias, me hace muchas ilusión tus palabras...
ResponderEliminar